Si estudiamos la inflación en España los últimos 40 años observamos que el Índice de precios al consumidor IPC cada año es positivo. Encontramos, como no, la excepción que confirma la regla, hay 4 años en que el IPC ha sido negativo, pero el resto siempre es positivo. Si bien en los años 80 se acercaba al 15% y en la década de los 90 estaba entorno al 4-5%, desde el año 2000 se ha ido moderando y si hacemos la media lo encontramos entorno a un saludable y aconsejable 2%.
Es cierto que el IPC 2020 se prevé negativo por la excepcionalidad de la pandemia, pero vayamos más allá, a largo plazo. Si nos fijamos en el histórico lo lógico es asumir que la inflación en pocas ocasiones será 0 o negativa.
Teniendo en cuenta una media cercana al 2% de inflación interanual, en 10 o 12 años el coste de la vida es probable que haya subido un 20%. Esto significa que 1.000€ de hoy dentro de 10 años probablemente equivaldrán a aproximadamente 800€ de hoy.
Hasta aquí todo bien mientras nuestros ingresos sigan la misma evolución. Entendemos que los salarios y pensiones también deberían incrementar en un 2% con lo cual nuestro poder adquisitivo debería seguir siendo el mismo.
Ahora bien, ¿qué pasa con nuestros ahorros a largo plazo?
Si mantenemos el dinero en una cuenta corriente no obtendremos rentabilidad ya que actualmente los tipos de interés son negativos. Con los años no solo iremos perdiendo valor, además, nos costará dinero.
Si ponemos cada año cierta cantidad en un depósito quizás obtengamos algo de rentabilidad, o quizás no.
Actualmente buscando en internet encontramos depósitos en entidades financieras que operan en España que parece pueden dar rentabilidad entorno al 0,5% -0,65 % pero ¿en qué condiciones? Algunos piden mínimo 100.000€, otros un máximo de 5.000€, otros 60 meses. La oferta es amplia y lo cierto es que cada entidad intenta captar los ahorros de sus clientes. Pero en ocasiones, poniendo los ahorros en el mismo banco donde tenemos la cuenta corriente estamos dejando de ganar rentabilidad que podríamos obtener invirtiendo en otro tipo de producto financiero.
En el momento en que decidimos que queremos ahorrar, es muy aconsejable contar con el apoyo de un asesor financiero. Este profesional nos aconsejará sobre las distintas opciones de inversión más adecuadas según nuestro perfil. Ya sea en depósitos bancarios en mercados españoles o extranjeros. Se preocupará de que nuestros ahorros estén en depósitos o fondos de máxima rentabilidad para que no perdamos valor con el paso de los años. En definitiva, nos ayudará a planificar según nuestras características y necesidades, nuestro futuro económico a para conseguir nuestros objetivos.
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